El trekking al Campo Base del Monte Everest es un check list que probablemente cualquier montañista o trekkero le gustaría hacer alguna vez en su vida. Conocer la cultura Sherpa, recorrer sus senderos por bellos bosques, poder ver de frente los imponentes Himalayas… todo era un sueño para nosotros, y por eso, a pesar de que muchos nos decían que el trekking al Everest estaba saturado de gente y que habían mejores opciones, optamos de todas formas por esta opción. A nuestra forma claro, lo cual al final del día nos demostró que si bien, efectivamente el lugar está saturado, solo hay que saber que decisiones tomar, para cambiar radicalmente la experiencia.
Table of Contents
- DÍA 1: LUKLA (2.860 msnm) → PHAKDING (2.610 msnm)
- DÍA 2: PHAKDING (2.610 msnm) → NAMCHE BAZAR (3.440 msnm)
- DÍA 3: NAMCHE BAZAR (3.440 msnm) → KHUMJUNG → DOLE (4.110 msnm)
- DÍA 4: DOLE (4.110 msnm) → MACHERMO (4.410 msnm)
- DÍA 5: MACHERMO (4.410 msnm) → GOKYO (4.750 msnm)
- DÍA 6: GOKYO
- DÍA 7: GOKYO (4.750 msnm) → CHO OYU BASE CAMP (5.180 msnm) → GOKYO (4.750 msnm)
- DÍA 8: GOKYO → GOKYO RY (5.365 msnm) → GOKYO → THANGNAG (4.700 msnm)
- DÍA 9: THANGNAG (4.700 msnm) → CHOLA PASS (5.380 msnm) → LOBUCHE (4.930 msnm)
- DÍA 10: LOBUCHE (4.930 msnm) → GORA SHEP (5.280 msnm) → EBC (5.364 msnm) → GORA SHEP
- DÍA 11: GORA SHEP (5.280 msnm) → KALA PATTHAR (5.546 msnm) → GORA SHEP → PERICHE (4.210 msnm)
- DÍA 12: PERICHE (4.210 msnm) → NAMCHE BAZAR (3.440 msnm)
- DÍA 13: NAMCHE BAZAR (3.440 msnm) → LUKLA (2.869 msnm)
- DÍA 14: LUKLA (2.869 msnm) → RAMECHHAP → KATMANDÚ
DÍA 1: LUKLA (2.860 msnm) → PHAKDING (2.610 msnm)
Cualquier trekking comienza llegando al punto de partida de este. Suena lógico, sin embargo, la gran mayoría de las veces esta sencilla movilización de un punto A a un punto B, no es más que un mero trámite que luego queda en el olvido. No recuerdo un desplazamiento que implicase tanta emoción, estrés e incertidumbre como lo fue volar rumbo a Lukla.
Habíamos llegado a Nepal recién el día previo, y sin mucho más preámbulo que hacer algunas compras esenciales de comida e indumentaria que aún nos faltaban dicho día, pasamos la noche en el hotel y luego partimos a primeras horas de la mañana para tomar nuestra avioneta de las 8 am. Ya nos habían recomendado que solo bastaban 30 minutos de anticipación previo al vuelo, pero por seguridad allí estábamos a las 7 am, en un pequeño aeropuerto repleto de petates -bolsos- cargados con equipo de grupos turísticos. El pequeño mostrador de nuestra aerolínea se parecía más a un stand de feria que a un aeropuerto, dónde se acumulaban varios guías con los pasaportes de sus clientes, anclados al mostrador. La razón, los vuelos a Lukla estaban atrasados al menos un par de horas, algo habitual en este trayecto.
Nos acomodamos a esperar, y luego de observar un rato, entendimos la dinámica. Si queríamos volar y no ser desplazados por los guías, aventajados por el idioma y conocer al personal de la aerolínea, deberíamos estar igual de presentes que ellos. Poco a poco comenzamos moviendo nuestros bolsos hacia el mostrador, hasta que ya finalmente figurábamos clavados frente a este esperando noticias. La buena onda, unas sonrisas y el estar presentes allí en todo momento, logró que nos metieran en un vuelo previo al programado, ayudados además por el hecho de ser solamente dos. Aún así, la avioneta despegaba 4 horas más tarde que nuestro horario programado.
La avioneta era una tradicional twin otter quizá de que año, pero que al menos no impresionada se fuese a desarmar en el aire. Adentro éramos 18 personas, de las cuales solo Nicole y yo íbamos sin guía. El vuelo duró apenas 30 minutos, en un parcialmente despejado día soleado de poco viento, por lo que nada de turbulencias tuvimos. Disfrutamos de la bella vista de los pueblitos o aisladas casas en pleno monte, mientras nuestra aeronave pasaba rasante por las laderas. Las nubes altas, lamentablemente, nos negaron la chance de ver las bellas montañas a dónde nos dirigíamos, dejándonos la sorpresa para más adelante. Y finalmente el aterrizaje, ese al que todos le tienen respeto y muchos pavor, nos trató con una tranquilizadora delicadeza gracias a las manos de los pilotos. Un corto aterrizaje, en una pista minúscula situada en plena ladera de un cerro, y dónde se nota de golpe la frenada que hace la nave en una pista que está en subida, especialmente para lograr esto.
Cuando nos bajamos nadie nos pescó mucho, salvo un escaso y poco entusiasta ofrecimiento de guiado, lo cual nos reconfirmaba que prácticamente la totalidad de quienes viajan, llegan a Lukla ya con todo arreglado.
Tras ordenar nuestras mochilas y con un atraso de 4 horas, comenzamos sin más nuestra caminata, claramente afectada por las horas perdidas y sin un destino claro. Decidiríamos en terreno hasta dónde llegaríamos. Lukla nos recibía con un panorama totalmente nuevo para nosotros, entre banderas tibetanas y abundante gente y niños jugando por sus calles. Saliendo del pueblo encontramos nuestro primer control, dónde nos registramos y pagamos nuestros permisos.
Desde aquí en adelante, un clima tropical y lluviosos nos acompañaría por el resto de la jornada, con abundante calor y aguaceros que harían que tuviésemos que refugiarnos de tanto en tanto bajo algún techo por allí, haciéndonos entender la lógica de que muchos guías o turistas anduvieses con “indignos” paraguas, según mis propias palabras, pero que luego me hubiese gustado mucho tener. La ruta era amplia y con adoquines de roca entre un ambiente boscoso, que de vez en cuando nos daba paso a algún pequeño poblado de unas cuantas casas.
Nuestro día estuvo cargado de emociones, ya que por primera vez pisábamos dichas tierras, y todo cuanto veíamos nos sorprendía. Apenas nos internamos en Lukla y en toda la ruta que le continuaría, veríamos abundantes estupas budistas tibetanas, estructuras simbólicas que representan la mente de Buda. Otro de los simbolismo que vimos por primera vez, y que estarían presentes con nosotros día a día, eran las Piedras Mani. Estas bellas piedras las hay en todos los tamaños y formas, pero tienen en común que sus grabados son simbólicos mantras y que su realización es un ritual en si mismo.
Llegábamos a Phakding con un aguacero de aquellos y 4 horas de atraso respecto a nuestra planificación, por lo cual optamos por detenernos aquí. Inicialmente nos habíamos propuesto la ambiciosa misión de llegar a Namche Bazar, ubicado 11 kilómetros más allá y casi 800 metros más alto, mas con la demora del vuelo, esto era una misión poco sensata, y la lluvia además la hacía muy muy poco atractiva. Nos quedamos en Green Village, un cálido hostal dónde comimos el primero de muchos fried rice que nos depararía el viaje.
RESUMEN DE TRAYECTO
Distancia: 7,4 kilómetros
Tiempo: 2 horas (velocidad lenta normal) (desde terminado el trámite puesto control)
Agua: Abundante.
Alojamiento:
- Green Village Guest – Muy recomendado.
- $ gratis por comer allí.
DÍA 2: PHAKDING (2.610 msnm) → NAMCHE BAZAR (3.440 msnm)
Nuestro segundo día consistiría en avanzar hacia Namche Bazar, ubicado a 11 kilómetros de distancia y a una altura de 3.440 msnm. El poblado más grande de todo el parque Sagarmatha, sería nuestra primera ganada de altura significativa, probando nuestra resistencia y aclimatación.
Era un día nublado y que poca panorámica nos permitía, sin embargo, al poco andar, entre nubes caprichosas se dejó ver la primera cumbre nevada; un hermoso macizo de seis mil metros y que domina gran parte de las vistas del primer tramo del trekking.
La ruta seguiría por un valle que seguía al río Dudh Koshi, el mismo que nos acompañó el día previo, y que deberíamos cruzar algunas veces. La dificultad del trayecto no era mucha y caminábamos tranquilos disfrutando de la belleza del sector, con mucho bosque y el potente río, casi siempre acompañándonos a nuestro lado. Los puentes eran otra de las novedades; largos y angostos, presentaban un gran desafío cada vez que te cruzabas de frente con algún grupo de Yaks o algún porteador que llevase algo más grande que una mochila, cosa habitual. Las banderas tibetanas a sus costados, sopladas al viento, eran su detalle final.
Saliendo de Monjo, un pequeño poblado con pintorescos hostales, nos encontraríamos con el segundo check point, con la salvedad que este estaba custodiado por militares que no muy amigablemente te hacían desarmar las mochilas en busca de drones.
Uno de los puntos más interesantes de la ruta, es cruzar otro puente más, el famoso Hillary Bridge; fácilmente reconocible porque son dos puentes juntos y que tiene el título de ser el más alto de todo el trekking, con 150 metros de largo y a 130 metros desde el suelo. Todo un desafío para cualquiera con respeto a las alturas, especialmente si te toca cruzarlo con más personas o con las frecuentes ráfagas de viento, que hacen que este se bambolee un tanto.
Este puente es el punto de inflexión de la ruta, ya que esa relajada caminata se nos transformaría en una incesante ascensión que no perdonaba a nadie. 600 metros nos separaban de nuestro destino, en una subida que requeriría unos varios descansos. El pago? Namche Bazar nos recibía con las puertas abiertas, con un bellísimo pórtico de entrada adornado de colores, banderas, una hermosa vista y una peculiar instalación de grandes ruedas de oración que giraban eternamente impulsadas por un estero encausado. El pueblo era muy diferente a lo que habíamos visto previamente y asimilaba más un poblado de ciudad que un perdido pueblo de montaña. Había decenas de tiendas de montañismo, restaurantes, algunas farmacias, cafés e incluso bares.
RESUMEN DE TRAYECTO
Distancia: 11 kilómetros
Tiempo: 5:20 horas (velocidad normal)
Agua: Abundante.
Alojamiento:
- Hotel Tibet
- $500 Rs por persona. Se debe comer allí / Ducha: $500 Rs / $2.500 Rs dos cenas/desayunos.
CONSIDERACIONES
- Namche Bazar tiene precios base en sus alojamientos; no se cobra menos de 500 Rs por persona, pero en la periferia aún se puede lograr alojamiento gratis por comer allí.
- Posterior al cruce del puente Hillary, a unos 30 minutos y al lado de un punto de agua/baños, “supuestamente” hay un mirador al Everest. Nunca lo encontramos.
- Hay dos checkpoint; saliendo de Monjo hay revisión de Drones y hay otro justo antes de Namche Bazar (tener siempre a mano tarjeta electrónica y documento papel).
DÍA 3: NAMCHE BAZAR (3.440 msnm) → KHUMJUNG → DOLE (4.110 msnm)
La gran mayoría de las personas gastan dos noches en Namche para poder aclimatar, sin embargo, considerando que nos sentíamos increíble y que nuestra planificación de ascenso en metros vía Gokyo era bastante conservadora, decidimos gastar solo una noche aquí. La ruta que “decidimos” iría por Khumjung, y destaco las “ ” porque en realidad nunca decidimos nada, sencillamente comenzamos a caminar rumbo a alguna de las rutas que llevaba a la ruta de Gokyo Lakes y que nos permitiría llegar a dormir a Phortse. Salíamos junto a decenas de turistas que hacían su aclimatación hacia Khumjung, subiendo por una escarpada ladera que ganaba metros rápidamente, y que tras una hora nos dejaba 400 metros más arriba en uno de los primeros miradores de Everest, pero que solo nos dejaría ver unas cuantas nubes más.
Como rápidamente nos enseñaría este trekking, todo lo que sube tiene que bajar, por lo cual para llegar al siguiente pueblo, perdimos 100 preciados metros de altura, llegando a Khumjung por una ruta extrañamente ausente de cualquier turista, para nuestro agrado y preocupación. Tras revisar el mapa, entendimos que lo popular era irse vía Sanasa, una ruta que evitaba el ascenso tan abrupto y la perdida de altura que acabábamos de hacer, pero que poco más allá se comunicaría con nuestra ruta. El costo, una ruta mucho más saturada de turistas, ya que era ruta común al trekking de la ruta tradicional al EBC.
Khumjung era un pueblito bastante grande, pero que parecía mucho menos turístico que lo previos, probablemente porque al lado de Namche era poco atractivo para quedarse. Nuestra ruta pasaba solo por la periferia de este, para luego enfilar por una larga ruta de subida que surcaba las laderas del monte Khumbila -5.761 msnm- en un sinfín de escalares que nos llevaron hasta Mong La, un minúsculo poblado de unas cuantas casas ubicado a 3.970 msnm y muy cercano a Phortse, dónde esperábamos alojar.
Cuando pensábamos que solo nos faltaban 100 metros de subida, la ruta nuevamente nos jugaba traicioneramente, haciéndonos bajar ahora 300 metros y claramente cuestionar el sentido de irnos a Phortse, ya que este poblado no quedaba precisamente en la ruta, debiendo desviarnos y volver a subir (y volver a bajar al día siguiente), por lo que pensamos que si íbamos a gastar energías en subir, era mejor hacerlo hacia Dole, un poco más alejado, pero ubicado en nuestro ruta.
Durante nuestro camino hasta Dole, seguimos bordeando el río Dudh Koshi desde lo alto y disfrutamos de la vista de hermosas cascadas, cabras de montaña y Yaks gigantes, una especie del todo diferente a las previas y que pasaron impetuosos por el camino dejándonos poco espacio a nosotros, con sus enormes cuerpos peludos y sus cargas laterales. Son lo más tierno que hay.
RESUMEN DE TRAYECTO
Distancia: 11 kilómetros
Tiempo: 6:50 horas (velocidad lenta-normal)
Agua: Namche → Khumjung: nula / Khumjung → Dole: Abundante.
Alojamiento:
- Confort Inn Dole – Muy recomendado.
- $ gratis por comer allí / Ducha: $500 Rs.
CONSIDERACIONES
- La ruta por Khumjung es más exigente que vía Sanasa.
- Si haces vía Khumjung de subida, puedes hacer Sanasa de bajada y así conocer ambas. Si el día está despejado, elije Khumjung, para ver el Everest.
DÍA 4: DOLE (4.110 msnm) → MACHERMO (4.410 msnm)
Supuestamente este sería nuestro día de aclimatación, aprovechando que el meteo estaría lluvioso, por lo cual nos despertamos sin apuro y mientras desayunábamos veíamos salir a toda la gente con sus ponchos de agua. La lluvia era suave e intermitente, por lo cual considerando que el trayecto siguiente era bastante corto, optamos por cambiar de planes y comenzar a ordenar nuestras mochilas.
La ruta ganaba gran parte de la altura durante la primera hora de trayecto, para luego aplanar la curva de ascenso e irse traverseando la ladera del cerro ganando suavemente altura y siempre con el río Dudh Koshi a nuestra derecha. Poco antes de llegar a Machermo, pasamos por un minúsculo poblado llamado Luza.
RESUMEN DE TRAYECTO
Distancia: 5,38 kilómetros
Tiempo: 2:50 horas (velocidad normal)
Agua: Poco.
Alojamiento:
- Lodge in Machermo – Cumple lo necesario.
- $ gratis por comer allí / Ducha: $900 Rs. / Carga celular gratis
DÍA 5: MACHERMO (4.410 msnm) → GOKYO (4.750 msnm)
Tras una noche no muy agradable de dolor de cabeza y Nico iniciando un resfrío, optamos por despertarnos tarde, sabiendo que este sería nuestro día de aclimatación aprovechando el mal clima. El “problema” fue que mientras desayunábamos el sol salía radiante y desplazaba la lluvia, lo cual hizo que ni nos cuestionásemos el subir hasta Gokyo. No puedo además, dejar de mencionar como se despejó el cerro Machermo, ubicado el pueblo allí mismo en sus faldas, hipnotizándome con sus vertiginosas paredes de roca.
Armamos mochilas y a las 9:30 estábamos emprendiendo rumbo. Apenas 200 metros más allá nuevamente aparecía el río Dudh Koshi, el cual nacía de los lagos Gokyo y por ende lo acompañaríamos hasta sus mismos orígenes. Mientras caminábamos a un ritmo bastante pausado, entre nubes apareció tímido pero imponente, el cerro Arakamtse con sus 6.423 msnm, una bella cumbre que veríamos varias veces durante nuestro trekking.
La ruta previamente adornada por abundantes árboles había dado paso a vegetación baja achaparrada, haciéndonos sentir ya en un ambiente de media montaña. Traveseábamos la ladera de un cerro, siempre con el río a nuestra derecha y un enorme valle que dejábamos atrás. Desde aquí ya deberíamos empezar a ver el Cho Oyu, la quinta montaña más alta del mundo con 8.188 msnm, sin embargo, las nubes no nos lo permitirían hasta unos días más. Llegamos así al nacimiento del río en el primer lago de la ruta, que en realidad era más un pozón de bello color turquesa que un “lago”. Aún así, el entorno era tan hermoso que daba un poco lo mismo el tamaño del lago, laguito, laguna o pozón. El segundo era considerablemente más grande, y finalmente apareció el tercer lago o Dudh Pokhari, dónde se situaba nuestro destino; Gokyo, ubicado a 4.790 msnm.
En Gokyo pasaríamos al menos dos o tres noches, por lo cual aquí nos las dimos de multimillonarios y elegimos un bello hotel orilla de lago y con hermosa vista (aquel de color damasco de tres pisos, de más a la izquierda en la foto de arriba) . La pieza estaba acogedoramente adornada y teníamos toallas!! Y abajo en el comedor hasta máquina de café barista tenían. Sin lugar a dudas, el mejor lugar de todos en el cual estuvimos durante todo el trekking, y por solo $6 US por noche/persona.
RESUMEN DE TRAYECTO
Distancia: 7,09 kilómetros
Tiempo: 3:40 horas (velocidad lenta)
Agua: Abundante
Alojamiento:
- Thaka Inn – Excelente.
- $ 750 Rs p/p – Ducha $900 Rs – Carga celular gratis
DÍA 6: GOKYO
La aclimatación tarde o temprano iba a llegar, en nuestro caso obligada por la lluvia torrencial que hubo toda la noche y que continuó sin descanso durante todo el día. Desde nuestro hotel teníamos vista hacia otra de las caras del Cerro Machermo, y si bien solo alcanzábamos a ver su base, esta estaba completamente nevada.
Dicho día aprovechamos de descansar, relajarnos, comer, leer y conversar con Pasang, el dueño del hotel quien fue una grata compañía y que además nos ayudó a revisar la meteorología, con lo que confirmamos que el día siguiente comenzaría la tan esperada ventana de buen clima que estábamos esperando. Hasta ahora, si bien no nos había llovido, el cielo había estado cargado en nubes, haciéndonos imposible disfrutar la vista del lugar. Solo restaba un día y podríamos divisar todas esas cumbres que habíamos venido a ver.
DÍA 7: GOKYO (4.750 msnm) → CHO OYU BASE CAMP (5.180 msnm) → GOKYO (4.750 msnm)
El destino de hoy sería uno del nada frecuentado por los turistas, el campo base del Cho Oyu, una larga ruta de 19 kilómetros ida/vuelta que se mete por el valle hasta los faldeos de este ocho mil, recorriendo los tres lagos Gokyo faltantes hasta alcanzar una altura de aproximadamente 5.200 msnm.
Apenas salimos del hotel a primera hora, el día nos deleitó con la belleza del calmo lago reflejando como espejo las laderas nevadas del cerro Machermo, un escenario de postal. Nos internamos en el valle, sorprendiéndonos de la gran cantidad de vida existente y presente incluso sobre los 5.000 msnm, divisando en todo momento abundante vegetación por todas las laderas, aves, flores, abejorros y algunos bellos roedores de montaña.
FOTO DEL MACHERMO REFLEJADO EN EL LAGO
El sendero acá ya se notaba que era más montañoso y poco frecuentado, con una huella algo más estrecha pero fácil de seguir. Hasta el 5to lago, la ruta fue rápida y nos deleitó con bellas panorámicas de los lagos por una parte y por la otra de impetuosas cumbres y masas de hielo. No podía quitarle la vista al cerro Cholo (6.043 msnm), con una vertiginosa cara Sur coronada por un enorme glaciar en un angosto filo como cuchillo. De fondo al valle, infinidad de otros cerros como el Gyochung Kong (7.952 msnm), Hungchi (7.029 msnm), Ngojumbo Kong II (7.743 msnm) y III (7.664 msnm), todos con sus infinitos glaciares que caían al valle para formar el monstruoso glaciar Ngozumba, glaciar que al día siguiente por cierto nos tocaría cruzar para llegar al Chola Pass.
Al 5º lago nos demoramos unas 2:30 horas, lo cual nos animó a seguir rumbo al sexto, cuanto más podía ser? Pues llegar a este nos tomó aún más tiempo, ya que además de la distancia se sumaba que acá la ruta comenzaba a ganar desnivel subiendo unos 300 metros extra y posicionándonos por primera vez sobre los 5.000 metros. Así, llegamos al irador del sexto lago, ubicado unos metros antes del lago mismo para el cual había que perder nuevamente altura y dónde en teoría debiese haber estado el campo base, que nunca estuvo ya que al ser temporada baja de montaña estaba desierto.
La vista desde el mirador era apabullante. Las laderas del Cho Oyu se levantaban verticales allí mismo y éramos testigos de toda su magnitud, de base a cumbre. Sin dudas, para los fanáticos de la montaña, es un lugar al cual recomiendo visitar, ya que al menos en ningún otro lugar del trekking podrán divisar así de cerca e imponente un ocho mil frente a vosotros.
De lo destacable de la bajada, solo habernos encontrado con cinco rusos cargados como yaks y que iban en modo alpino rumbo a la cumbre. Cracks.
RESUMEN DE TRAYECTO
Distancia: 19 kilómetros
Tiempo: 2:30 horas al 5to lago / 5:20 horas al 6to lago (velocidad normal)
Agua: Solo disponible bajando a las lagunas.
DÍA 8: GOKYO → GOKYO RY (5.365 msnm) → GOKYO → THANGNAG (4.700 msnm)
Nos despertamos en un día 100% despejado, con el cero Machermo nuevamente hermoso y esta vez, además, el Cho Oyu de fondo al valle. Resultó ser que siempre estuvo allí a nuestra vista, pero las nubes solo no nos habían dejado verlo. La subida al mirador del Gokyo Ry se encontraba allí mismo a escasos metros del pueblo y consistía en un zig-zag tras zig-zag por la seca ladera del cerro y que sin darnos mucha cuenta, nos dejó 570 metros más arriba que el pueblo. El esfuerzo físico invertido se pagaba por si solo, regalándonos la mejor vista que habíamos tenido hasta ahora, adornada por las infaltables banderas tibetanas al viento con el fondo de montañas. Por fin pudimos ver con claridad el Everest (8.848 msnm), el Lothse (8.516 msnm) y el Makalu (8.481 msnm), estos entre un sinfín de otras cumbre que si bien no sobrepasaban los ocho mil, no se dejaban opacar por sus rivales, demostrando impresionantes formaciones de hielo y roca. Nuevamente desde acá destacaban los ya conocidos Arakamtse, Cholo y Machermo.
Tras haber disfrutado la mañana en Gokyo Ry y haber almorzado, salimos rumbo a nuestro siguiente destino, Thangnag, ubicado apenas cruzando el glaciar y que en el mapa se veía como “allí al lado”. Subimos la morrena lateral y divisamos el enorme glaciar que cruzaríamos. Se trataba de un glaciar viejo, por lo cual estaba cubierto en tierra y rocas, con abundantes lagunas. Una vez en este, entendimos que el “allí no más” no era tan allí, ya que lo que hubiese sido muy rápido en un trayecto recto, se había transformado en un intrincado ir, venir, subir y bajar, rodeando lagunitas y esquivando morrenas aquí y allá. Cuando finalmente llegamos al fin del glaciar, el poblado de Thangnag se encontraba a apenas 1 kilómetro de distancia.
RECOMENDACIONES:
- Para subir a Gokyo Ry lo ideal es el atardecer, ya que tendrán el sol por detrás de ustedes y se verán bellos los ochomiles y sus cumbres aledañas. Lamentablemente, conseguir una tarde sin nubes es como ganarse la lotería.
- Si suben a Gokyo Ry en la mañana, eviten hacerlo al amanecer o muy temprano, ya que el sol sale por detrás del cordón montañoso y les velará toda la vista y las fotos.
- El camino del glaciar cambia todos los años, por el movimiento natural y deshielo de este. Hay muchas huellas que está cortadas y que pueden confundir.
- En los mapas, Thangnag también puede aparecer como Dragnag.
RESUMEN DE TRAYECTO GOKYO RY
Distancia: 3,5 kilómetros
Tiempo: 2:00 horas solo subida (velocidad normal)
Agua: Nula
RESUMEN DE TRAYECTO GOKYO – THANGNAG
Distancia: 3,76 kilómetros
Tiempo: 2:40 horas (velocidad normal-lenta)
Agua: Suficiente
Alojamiento:
- Tashi Friendship lodge – bien.
- Pieza gratis – $3.700 Rs dos cenas/desayunos.
DÍA 9: THANGNAG (4.700 msnm) → CHOLA PASS (5.380 msnm) → LOBUCHE (4.930 msnm)
Salimos poco antes de las 7 am en una mañana particularmente helada y con temperaturas probablemente bajo cero que calaban los huesos. Iniciábamos nuestra ascensión por un valle estrecho, al cual tarde le llegaría el sol y dónde la vegetación y los cursos de agua aún se encontraban congelados. Íbamos rumbo al famoso Chola Pass, el paso de mayor altura y dificultad de todo circuito, en dirección hacia Lobuche, aunque llegar a este destino significaba un trayecto particularmente largo y agotador. Lo habíamos decidido así, ya que logísticamente nos permitiría ahorrarnos un día completo, aunque deberíamos decidir si eramos capaces una vez que conociésemos el trayecto, teniendo como punto intermedio Dzongla en caso de no lograrlo.
El estrecho valle poco a poco se fue ampliando y los primeros rayos de sol nos bañaron en su calor matutino, renovando nuestra energías. Junto al sol, apareció la vida; abundantes abejorros rondaban bellas flores azules, pequeños pájaros volaban y una gran familia de “patos himalayos” escapaba a nuestra presencia. A medida que ascendimos, divisamos a nuestra izquierda la cara Sur del Cholo, a nuestra derecha el Arakamtse y de fondo el “paso 5.100”, coronado por una gran bandera y preámbulo del verdadero paso.
Cuando alcanzamos lo alto del “paso 5.100” se abrió ante nuestro un enorme valle, dónde a lo lejos y la izquierda, se divisaba el glaciar Gaunara y el Chola col. Frente nuestro, y siguiendo un evidente camino marcado por palos rojos, se veía de fondo el famoso e infame acarreo del Chola Pass, al cual llegamos al poco andar, tomándonos un descanso previo a comenzar la ardua tarea de ascender. Se trataba más que de un acarreo, de interminables escaleras y trepadas por roca, ayudados de un amigable pasamanos de acero, en un empinado ascenso de 200 metros y que nos tomó 1 hora completarlo. Sin dudas, si pensé en algún momento, que cualquier entusiasta con suficiente motivación podría hacer este trekking, ahora me lo cuestionaba un tanto.
Cuando llegamos arriba (11:15 am) lamentablemente ya se habían metido las infaltables nubes y poca visión tuvimos de los alrededores del paso, viendo únicamente el glaciar que debíamos cruzar, ahora de agradable bajada. El glaciar nos tocó nevado, lo cual nos hizo avanzar rápido y sencillo, sin porrazos de por medio a pesar de no llevar crampones. Si bien las nubes dominaron casi por completo el día, tuvimos la suerte que saliendo del glaciar, se abrió un claro entre ellas dónde pudimos visualizar el hermoso Ama Dablam, un estético cerro de 6.812 msnm y sueño de muchísimos montañistas, por su perfecta forma piramidal y sus vertiginosas paredes. Vimos también el lago Chola Thso, de característico color verdoso-turquesa y el poblado de Dzongla, al cual llegamos unas horas después y dónde nos detuvimos a almorzar algo brevemente para no enfriarnos, ya que considerando aún era temprano, decidimos seguir hasta Lobuche.
El trayecto hacia Lobuche consideraba casi 7 kilómetros más, sin embargo, al buen ritmo que íbamos, esperábamos lograrlo en un plazo razonable. Caminábamos como caballos de carrera, focalizados solamente en el camino para poder llegar rápido pero más que todo porque habían nubes tan bajas, que poco veíamos y no había mucho dónde distraer la vista. La ruta iba recorriendo rumbo al Este por las laderas del cerro Awi Peak (5.245 msnm) y cuando cambiamos de dirección hacia el Norte, empiezaron a aparecer dos grandes conocidos hacia la derecha; el glaciar del Khumbu y el conjunto de los Nupses, todos sobre 7.700 msnm. La ruta luego se unía a la ruta normal del Everest, y así seguimos en dirección Norte rumbo a Lobuche.
De Lobuche, solo diré que es un pueblo que no volvería a pisar nunca más, saturado de turistas, lleno de humo, con hostales sobrevendidos y que mucho dejaban que desear, además de todo extremadamente caro. No se hagan expectativas y usen este lugar solo de paso, ojalá uno bien rápido.
RECOMENDACIONES:
- Para ver el Chola Pass despejado, es recomendable comenzar a caminar a las 5 AM. Considerar 4-6 horas entre Thangnag y Chola Pass.
- Personalmente creo innecesario el uso de crampones/spikes para el glaciar. Si hay nieve son innecesarios, si no la hay, el glaciar está bastante sucio y hay harta piedra que permite adherencia. Decidir a juicio de las capacidades de cada uno.
- Cuidado en el Paso 5.100, ya que hay huellas muy marcadas en dirección al Chola col y que pueden confundir.
- Recomiendo encarecidamente reservar en Lobuche si se llegará tarde. Cuando llegamos tipo 17:00 estaba repleto y conseguimos probablemente una de las últimas habitaciones. No es infrecuente ver turistas que deben dormir en sus sacos en los comedores por falta de piezas.
- Si pueden, eviten tomar agua del río que viene desde Lobuche, salvo que tengan filtro o pastillas, ya que está saturado de estiércol de Yak más arriba en el pueblo.
RESUMEN DE TRAYECTO
Distancia: 15,1 kilómetros
Tiempo:
- Thangnag → Dzongla: 6:10 horas (velocidad rápida)
- Dzongla → Lobuche: 3:00 horas (velocidad normal)
Agua: Abundante
Alojamiento:
- Algún hostal de mierda; el único con cupo.
- $ 500 Rs p/p – $5.000 Rs dos cenas/desayunos.
DÍA 10: LOBUCHE (4.930 msnm) → GORA SHEP (5.280 msnm) → EBC (5.364 msnm) → GORA SHEP
Madrugamos para salir rumbo a Gora Shep, el último poblado existente antes del campamento base de Everest (EBC) y dónde pasaríamos solo una noche antes de emprender regreso. Salimos temprano, con la intención de encontrar un lugar dónde alojar y dejar nuestra cosas, antes de salir inmediatamente rumbo al EBC.
El frío de montaña previo al amanecer calaba. Nuestro alrededor no era más que terreno montañoso, extremadamente diferente al valle del Cho Oyu, a pesar de encontrarnos a la misma altura y solo unos pocos kilómetros más al Este. Mientras en el Cho Oyu desbordaba la vida y el verde, acá se encontraban algunos pastizales de altura pero no mucho más. Al amanecer tuvimos una vista hermosa del Pumori y los Nupses nuevamente nos fueron acompañándo constantemente al otro lado del glaciar del Khumbu.
Cuando llegamos a destino, nos dimos cuenta de que no sabíamos cuánto teníamos en Lobuche, y si habíamos pensado que este era un poblado de mierda, era solo porque no conocíamos aún Gora Shep. A pesar de haber llegado muy temprano, nos costó bastante encontrar dónde alojar, hasta que dimos con una habitación presidiaria en un hostal que olía a letrina. La guinda de la torta; ninguno de los hostales disponía de agua para los turistas y aquella que se conseguía para la cocina era traída con bidones desde algún lugar misterioso, por lo cual estuvimos obligados a comprar agua embotellada previo a comenzar nuestro trekking.
Dejamos nuestras mochilas para poder iniciar cuanto antes el trekking al Base Camp, ya que sabíamos que si llegábamos muy tarde, nos encontraríamos infinidad de turistas. El trekking al igual que el trayecto hacia Gora Shep discurría por terreno montañoso, yendo paralelo al glaciar del Khumbu, el cual llevábamos a nuestra derecha. A nuestra izquierda teníamos el famoso Khala Pattar, icónico cerro mirador al Everest y que al día siguiente conoceríamos.
De fondo se adivinaba dónde parecía estar nuestro destino y al cual llegamos en poco menos de 2 horas. El lugar no era más que la clásica roca que dice “Everest Base Camp” y que en tantas películas/documentales había visto. No había ninguna carpa, ninguna expedición; estábamos completamente fuera de temporada de ascenso. A pesar de ello, el significado de estar allí era lo que importaba y no el destino per se, el camino que habíamos recorrido hasta acá. Escuché más de alguna persona que hablaba defraudada del base camp y que lo describía como solo un “check” porque el lugar no tenía ninguna gracia; pues no podría estar más en desacuerdo. Hay un simbolismo enorme de estar allí por un lado, y por otro, son sobrecogedoras las vistas a nuestros alrededores, insertos en ese valle, con el monumental glaciar del Khumbu al alcance de la mano y sus intrincadas formaciones de hielo de tonalidades que iban del blanco al azul, sus lagunas y sus misteriosas grietas, testigos de tantas expediciones, tantos ascensos, tantas muertes. El Nupse seguía sorprendiéndonos, un macizo de dimensiones colosales, que teníamos allí al lado nuestro, pudiendo ver sus glaciares que colgaban vertiginosamente. Opuesto a este, el Pumori, bello y connotado cerro, tristemente famoso por haber sido desde aquí dónde cayó la avalancha que en 2015, durante el devastador terremoto de Nepal, mató a 18 montañistas mientras estaban en el campo base.
Y la guinda de la torta, a lo lejos el Everest. Un macizo de roca de proporciones enormes y que sorprendía la distancia que existía entre el campo base, ya sobre los 5.000 metros y su cumbre a unos 3,5 kilómetros de altura sobre nosotros. Es verdad que poco se podía visualizar, viendo apenas su cumbre, sin embargo, no estábamos allí solo para verlo a él, era el entorno lo importante. Ya tendríamos el tiempo de verlo en magnitud desde Kala Patthar.
En nuestro momento allí, disfrutamos sencillamente del lugar y sus vistas, y obviamente aprovechamos de hacer las infaltables fotos sobre la roca del campo base, aprovechando que como aún era temprano y había poca gente.
Para cuando ya íbamos de regreso, no dejábamos de sorprendernos de cuánta gente venía subiendo. No logro dimensionar cuantos pueden haber habido acumulados alrededor de esa famosa roca esperando tomarse su foto. La decisión de haber madrugado y subido cuanto antes al campo base, fue por lejos la más sabia y cambió por completo la experiencia vivida. Ver esas filas de enormes grupos turísticos subiendo a medio día me hizo entender por qué tanta gente nos hablaba defraudados del campo base e incluso incitaba a francamente no visitarlo, sin embargo, creemos haber sacado lo mejor de la experiencia. No visitar este icónico sitio no estaba dentro de las posibilidades para quienes habían leído, visto y escuchado tanto de las historias de los Himalayas.
RECOMENDACIONES:
- Si o si llegar al campamento base antes de las 11 AM. Las hordas de turistas por lo general hacen Kala Patthar a la madrugada, luego desayunan y parten a EBC.
- El segundo motivo de subir temprano, es que a medio día (aproximadamente 11 am) entran las nubes.
- Sugiero dejar Kala Patthar para el segundo día, ya que la vista es mucho más fenomenal que el Base Camp, así irán de menos a más y evitarán defraudarse.
- Los pobladores de Gora Shep sacan agua de una manguera que viene desde el río a escasos metros de la explanada entre el pueblito y Kala Patthar. El punto de abastecimiento sale indicado en maps.me y si bien normalmente siempre hay gente local sacando agua para los hostales, si les pides te llenen una botella, lo harán sin ningún problema.
- En campo base Everest hay varias lagunas glaciares dónde pueden sacar agua. Es agua muy sedimentosa y que pudiese estar contaminada por la presencia de animales, por lo cual recomiendo si o si utilizar botella con filtro (las pastillas desinfectantes no solucionan el sedimento)
RESUMEN DE TRAYECTO LOBUCHE – GORA SHEP
Distancia: 4,5 kilómetros
Tiempo: 2:50 horas (lento)
Agua: Escasa
Alojamiento:
- Otro hostal de mierda que tenía cupo.
- $ 500 Rs p/p – $5.000 Rs dos cenas/desayunos.
RESUMEN DE TRAYECTO GORA SHEP – EBC
Distancia: 6,1 kilómetros (ida-vuelta)
Tiempo: 1:50 horas subida / 1:00 bajada
Agua: Solo pozones de deshielo en EBC.
DÍA 11: GORA SHEP (5.280 msnm) → KALA PATTHAR (5.546 msnm) → GORA SHEP → PERICHE (4.210 msnm)
Kala Patthar es uno de los imperdibles del trekking al campo base. No solo llegas a la mayor altura de todo el trekking, alcanzando sobre 5.500 metros, sino que es solo desde aquí, dónde podrás tener realmente una adecuada visión del Everest. Pues imaginen cuánta gente se esfuerza por llegar hasta acá y ser los únicos arriba… para lo cual la competencia es casi quien sube más temprano. Nuestra intención era descansar y despertarnos relativamente temprano, para desayunar y estar subiendo tipo 6:30-7:00 AM, sin embargo, terminé despierto a las 3 AM gracias al movimiento, los gritos y la cero consideración de los detestables turistas que se levantaban a esas horas solo para intentar llegar antes al mirador.
En fin, tras dormir pésimo, nos levantamos y desayunamos según lo planificado, comenzando a subir poco antes de la salida del sol. El frío nuevamente traspasaba cualquier capa. Para nuestra sorpresa, mientras subíamos y aún ni siquiera amaneciendo, bajaba y bajaba gente desde el mirador, posiblemente todos medios muertos de frío. No pude dejar de alegrarme… todo se paga en esta vida XD.
Cuando por fin el sol salió detrás del Nupse, dio ese bello momento fotográfico, regalándonos momentáneamente unos bellísimos halos en la cámara e iluminando cálidamente el Pumori, otra de mis montañas favoritas del viaje.
Para cuando llegamos al mirador a 5.648 msnm eran las 8:30 AM, había un cálido sol que abrigaba, no había una nube en el cielo y lo mejor… éramos apenas cuatro personas en total arriba, aunque al poco rato nos quedaríamos totalmente solos. Qué maravilla y que tranquilidad, con la inigualable vista del valle del Khumbu frente nuestro. Dominaba la escena los Nuptses (7.861 msnm) y atrás de ellos imponente el Everest (8.849 msnm) y su hermano Lothse (8.516 msnm) inmediatamente junto a él, unidos por su famoso collado. La cascada del Khumbu era otra cosa a la cual no podía sacarle los ojos de encima… solo imaginarme cuantas expediciones había cruzado por allí, sus escaleras, sus cuerdas, sus trepadas y sus accidentes. La cascada del Khumbu, la zona más peligrosa e impredecible de toda la ascensión.
Estuvimos una hora en Kala Patthar y luego bajamos rumbo a Gorashep, dónde descansamos un rato y luego tomamos nuestras cosas para emprender regreso, esta vez rumbo a Periche, o en realidad hasta lo más lejos que lográsemos llegar, cambiando a la ruta tradicional del Everest para nuestro retorno. De la bajada, es poco lo que podría decir respecto a las vistas, ya que como es habitual, a medio día se nubló por completo. Sin embargo, de los lugares destacables, pasamos por el memorial a los montañistas fallecidos, el cual tiene una hermosa vista al Ama Dablam. Lamentablemente, la ruta tradicional estaba atiborrada de turistas y todo era un caos, por lo cual tras pasar por el memorial unos minutos, decidimos rápidamente arrancar de allí.
A Periche llegamos a media tarde y probablemente hubiésemos podido llegar aún con luz al siguiente pueblo grande, sin embargo, tras un largo día de caminata y con casi 16 kilómetros en nuestros pies, optamos por descansar allí. El lugar elegido era una maravilla; no estaba lleno, era literalmente un hotel bellamente decorado en madera y todas las instalaciones eran de buena calidad, por apenas 7 USD por ambos. Nos hubiésemos quedado allí varios días descansando felizmente.
RECOMENDACIONES:
- Evitar a toda costa Kala Patthar en la madrugada. Casi la totalidad de turistas comienza a caminar tipo 04:30 AM para ver el amanecer y arriba se llena por completo. Inicien su caminata en cambio a las 6:30 post desayuno, arriba estarán casi solos.
- El amanecer no tienen ninguna gracia. El sol vela la vista y las fotos de los ochomiles.
- Si tienen la oportunidad de subir a Kala Patthar en un atardecer despejado, no dejen de hacerlo. El problema, es que el 99% del tiempo está nublado.
- Pueden conectar Khala Patthar con el Base Camp acortando camino y sin necesidad de devolverse a Gora Shep. La ruta está trazada en Gaia GPS.
- Al conocer de bajada la ruta tradicional al EBC, entenderán por qué no deben hacer dicha ruta por ningún motivo de subida, y que es mejor bajar por allí para dejar ese colapse de gente para el final, cuando ya lo viste todo.
- Usen tapones par los oídos para dormir en Gora Shep.
RESUMEN DE TRAYECTO KALA PATTHAR
Distancia: 3,8 kilómetros (ida/vuelta)
Tiempo: 2 horas subida / 45 minutos bajada
Agua: Nula.
RESUMEN DE TRAYECTO GORA SHEP – PERICHE
Distancia: 11,6 kilómetros
Tiempo: 4 horas (velocidad normal rápida)
Agua: Abundante
Alojamiento:
- Himalayan Lodge – Top, un hotel!
- $ 500 Rs p/p – $700 Rs ducha – $3.600 Rs dos cenas/desayunos.
DÍA 12: PERICHE (4.210 msnm) → NAMCHE BAZAR (3.440 msnm)
Según la meteorología, nos esperaría un día lluvioso, mas como ya era habitual, amaneció completamente despejado. Salimos temprano, conscientes de un largo trayecto que nos esperaría y con la esperanza de que si el clima lo permitía, quizá podríamos desviarnos e ir al campo base del Ama Dablam.
La ruta bordeaba inicialmente el río Imja y comenzó a perder altura rápidamente, tras lo cual la vegetación volvió a transformarse en esos bosques de media montaña, coloridos por el otoño con sus cálidos amarillos y naranjas, haciendo hermoso contraste con el Ama Dablam de telón de fondo, mientras a nuestras espaldas el Lothse y el Nupse se erigían despidiéndonos.
Al poco andar llegamos a Pangboche, el siguiente gran pueblo después de Periche y al cual en su momento habíamos pensado alcanzar el día previo. Este era nuestro punto de desvío hacia el campo base del Ama, sin embargo, el día despejado se había transformado en un amenazador día de lluvia que hizo sacar cubremochilas y terceras capas. Las nubes habían tapado por completo la vista y ya no tenía mucho sentido cubrir los casi 10 kilometros extras y 600 mts de desnivel que significaban llegar hasta el campo base del Ama, por lo que sin pensarlo mucho continuamos nuestra marcha.
Pasado Pangboche, nos tocó cruzar el río por un nuevo puente colgante que nos llevó esta vez dentro de ese bello bosque colorido que veníamos mirando. Un bosque húmedo, lleno de barbas de viejo y que inevitablemente nos recordó muchísimo a Patagonia, nuestro hogar.
La ruta a Namche pasaba por pueblos de renombre como Pangboche, Deboche y Tengboche, pero también por montón de otros pequeños poblados de solo unas pocas casas. Esta vez para llegar a Namche, tomamos la ruta por Sanasa, yéndonos por el valle que no utilizamos de subida (ese día que subimos hasta Khumjung sin ningún turista). Fueron 18 agotadores kilómetros de bajadas, subidas y más bajadas y subidas, pero que al final del día nos dejaron nuevamente en Namche, en el mismo cómodo hotel que utilizamos al comienzo de nuestro viaje.
Como aún era temprano, disfrutamos de un rico café de grano en “Sherpa Barista” y algo más tarde fuimos a aprovechar el happy hour a “Yeti Bar” tomándonos unas cervezas Everest viendo un documental del Everest, junto a un par de amigos franchutes que conocimos en el mirador del Everest (Kala Patthar). Día redondo.
RECOMENDACIONES:
- De disponer del tiempo y energía para hacer el campo base del Ama Dablam, no lo duden. Este cerro está catalogado como uno de los más bellos del mundo y dado su largo desvío, es un lugar poco frecuentado.
RESUMEN DE TRAYECTO
Distancia: 18,6 kilómetro
Tiempo: 7 horas (velocidad normal) (sin considerar hora almuerzo)
Agua: Abundante
Alojamiento:
- Hotel Tibet – Recomendado
- $500 Rs por persona. Se debe comer allí / Ducha: $500 Rs / $2.500 Rs dos cenas/desayunos.
DÍA 13: NAMCHE BAZAR (3.440 msnm) → LUKLA (2.869 msnm)
Sabíamos que la vuelta a Lukla sería larga, aunque al parecer menos exigente que el día recién transcurrido gracias a que había menos subidas que sortear. Comenzábamos caminando con la incertidumbre de que descalabro nos encontraríamos en el aeródromo, ya que nos habíamos enterado que desde hace algunos días atrás que era imposible salir o llegar a Lukla por las condiciones meteorológicas. A pesar que a nosotros en la alta montaña nos tocaron bellos días, más abajo la realidad era completamente diferente, haciendo que la presencia de nubes bajas en la pista hiciese imposible aterrizar.
Supuestamente nos esperaría un día lluvioso, mas igual que el día previo, amaneció despejado. Comenzamos bajando a buen ritmo, y al poco andar nos encontramos con un grupo de 3 chilenos que previamente nos habíamos cruzado en uno de los glaciares de arriba brevemente. Eran Felipe, Miguel y Diego, con quienes nos fuimos compartiendo gran parte de la primera mitad del trekking y con quienes haríamos buena amistad e incluso luego veríamos nuevamente en Katmandú.
La ruta siguió sin mucha novedad recorriendo la misma ruta de subida de hace unos días atrás, hasta aproximadamente el kilómetro 15, dónde comencé a sentirme un poco fatigado y opté por pasar a comer algo. Opté por unos “momos” en un puestito orilla de camino y seguimos inmediatamente. Craso error. Quince minutos después figuraba intoxicado, con dolor abdominal horrible y con apenas energías para dar 10 pasos seguidos. Estuve a punto de pedir a algún sherpa que me llevase la mochila, pero mi orgullo no me permitió terminar mis últimos 3 kilómetros así. Nos tomó más de 2 horas sortear esos insignificantes 3 kilómetros, justo cuando comenzó a caer la tan esperada lluvia que estaba pronosticada y que pronto se desataría con furia.
Lo que restó del día lo pase hecho un ovillo en la cama, mientras Nicole iba a conocer lo poco conocible de Lukla y se comía la peor pizza alguna vez comprada. Sin duda no me perdí de nada en este pueblo y me hace entender porque nadie suele quedarse aquí más que obligado.
RESUMEN DE TRAYECTO
Distancia: 17,86 kilómetros
Tiempo: 7:25 horas (velocidad lenta modo enfermo)
Agua: Abundante
Alojamiento:
- Holiday Lodge & Restaurant – No recomendado, pero nos quedamos allí dado que era el hotel del coordinador de los vuelos de Tara Air, con quienes viajábamos al día siguiente.
- $500 Rs por persona.
DÍA 14: LUKLA (2.869 msnm) → RAMECHHAP → KATMANDÚ
Normalmente no terminaría mi relato escribiendo sobre volar de regreso, pero es que este es un caso especial que merece toda una descripción. No todos los días se intenta salir en una pequeña avioneta desde un poblado Nepalí entre las montañas, despegando de uno de los aeropuertos más peligrosos del mundo, y dónde todo era un caos porque hace 5 días no despegaban ni aterrizaban vuelos!!
Así es. Llegando al aeródromo nos enteramos que este llevaba 5 días sin recibir vuelos por la climatología. Es tan peligroso, que ante la mínima presencia de nubes o neblina, las avionetas ni siquiera intentan volar. Ósea, podrán imaginar el caos existente. Había gente que desesperados por salir -y no perder sus vuelos a su país- habían contratado helicópteros y otros que habían considerado hacer el trekking de 2 días hasta Phaplu.
Para nuestra suerte, si bien el día estaba nublado, eran nubes altas y la pista se veía completamente despejada. De camino, nos encontramos con una pareja de australianos que iban bien emocionados porque por fin después de 5 días de espera, la pista se veía sin nubes… y nosotros poker face, ahí yendo por primera vez a ver si lográbamos tomar nuestro vuelo y rogando que el contacto con el coordinador de Tara Air rindiese frutos. El aeropuerto, efectivamente era algo de caos, pero bastante menos de lo esperado. Las aerolíneas de venta online tenían una filas enormes, en cambio, la nuestra que solo vendía a través de agencia tenía unas pocas personas en espera, y nuestra anticipada llegada -unas 2 horas antes del vuelo, a pesar de que te recomiendan solo 30 minutos- rindió frutos, ya que éramos de los primeros en la fila, lo que sumado a que el coordinador ya nos conocía, logró no solo que pudiésemos pasar la primera etapa de check-in, sino que además, nos ingresasen en un vuelo antes de nuestra hora, incluso sin siquiera estar presionando y solo por el hecho de estar allí presentes tanto rato antes.
La ansiedad de los que estaban allí era tal, que cuando aterrizó la primera avioneta hubo aplausos y gritos de alegría. Un espectáculo. Luego de esperar algunos vuelos, llegó nuestro turno y nos subimos a nuestra lata de bebida con alas. A diferencia de nuestra llegada, aquí tuvimos el tiempo de ver desde dónde despegaríamos. Una corta pista de unos 500 metros, en bajada y luego el acantilado, tal juego de diversiones. La avioneta se posicionó para despegar, aceleró rápidamente, nos fuimos chum pa’bajo y en pocos segundo ya estábamos volando entre las montañas, en un tranquilo vuelo de apenas 15 minutos hasta Ramechhap, el aeropuerto utilizado durante temporada alta para este tipo de vuelos.
Desde Ramechhap tomamos una de las tantas opciones de transporte que habían a las afueras del aeropuerto y emprendimos rumbo hacia Katmandú, en un largo y poco agradable viaje de casi 5 horas y apenas 140 kilómetros, por sinuosos caminos rurales de montaña, pero con bellas vistas.
Así terminaba nuestra aventura por el famoso trekking del campo base Everest. Un sueño hecho realidad, del cual solo cosas buenas puedo recordar, y que sin dudarlo, a ambos nos quedaría grabado para siempre en el corazón, gracias a sus bellísimos paisajes, su increíble gente y el gran esfuerzo físico y mental que significó estar 2 semanas completas ingeniándonos por las nuestras en este icónico, recóndito y exigente lugar perdido entre las montañas más altas del mundo. Los Himalayas habían sido nuestro hogar por esos 14 días.
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